BRUSELAS.- La Eurozona exhibió hoy fuertes discrepancias sobre su plan para fortalecer el fondo de rescate europeo, en una muestra más de las divisiones de la Unión Monetaria para encontrar una solución a la crisis de deuda.
Esta es “una combinación de una crisis de deuda soberana y una crisis del sistema bancario. No se puede resolver una sin la otra”, afirmó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, al explicar la medida al periódico alemán Die Welt.
De esa manera, el FESF podría asumir el riesgo de ofrecer créditos a países como España o Italia y comprar deuda en los mercados secundarios, relevando el papel del Banco Central Europeo (BCE).
Pero ayer el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schauble subrayó que si bien la idea es fortalecer los usos del FESF, no se prevé de momento aumentar su dotación actual de 440.000 millones de euros.
“Le daremos los instrumentos para que pueda actuar en caso de necesidad, y luego lo utilizaremos de forma eficaz, pero no tenemos la intención de reforzarlo”, declaró Schauble a la televisión.
Para fortalecer el FESF, ya sea en sus usos o en su dotación, se necesita del aval de los parlamentos y gobiernos de los 17 países de la Eurozona.
Hasta ahora sólo lo han hecho ocho: Francia, Bélgica, Luxemburgo, Italia, España, Portugal, Grecia e Irlanda.
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