jueves, 22 de septiembre de 2011

Honduras: 23 periodistas muertos en tres años


TEGUCIGALPA.- La libertad de expresión es uno de los mayores problemas de Honduras, donde la inseguridad ha causado la muerte en tres años de al menos 23 periodistas, afirmó el miércoles el gobierno.
“Sólo en el 2010 y en lo que va del 2011, el ejercicio periodístico en Honduras quedó marcado por el asesinato y la impunidad de más de una docena de comunicadores sociales, amenazas y atentados contra periodistas y medios de comunicación”, dijo en un comunicado el Comisionado Nacional de Derechos Humanos Ramón Custodio.
Freedom House presentó un informe en el que catalogó a Honduras junto con México, Cuba y Venezuela, como las naciones en donde no existe prensa libre.
Señaló asimismo que “la muerte violenta de personas es parte de los problemas no resueltos por la administración del presidente Porfirio Lobo, de acuerdo a un análisis del Comisionado Nacional”.
Subrayó además que “la libertad de expresión en Honduras es uno de los mayores problemas del país, a causa de la inseguridad generalizada para los periodistas”.
Desde el 2007 a la fecha se han registrado 23 periodistas muertos en Honduras, según el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Ramón Custodio, y apenas tres casos han sido aclarados por la policía.
Sólo en el 2010 hubo 10 periodistas muertos, por lo que Honduras, de acuerdo al organismo de derechos humanos, se ha convertido en uno de los más peligrosos para ejercer la profesión, aunque las autoridades atribuyen los crímenes a la delincuencia común.
El gobierno de Lobo ha pedido ayuda al FBI y a España para resolver los crímenes.
La organización no gubernamental The Freedom House presentó en mayo un informe llamado “Libertad de Prensa 2011″, en el que catalogó a Honduras junto con México, Cuba y Venezuela, como las naciones en donde no existe prensa libre.
Para Custodio, la creciente ola de violencia que agobia al país dejó en el primer semestre de 2011 un promedio de 20 asesinatos por día.
Advirtió que de mantenerse la tendencia, Honduras podría cerrar el 2011 con una tasa de 86 homicidios por cada 100.000 habitantes, que sobrepasando once veces la tasa mundial establecida en 8,8. AP

!Asesino a sueldo se enamora de su víctima y finge su asesinato con ketchup!


MADRID, España.- María Nilza Simoes, una despechada esposa brasileña, se dio de bruces en la feria de su pueblo con una sorprendente escena: la supuesta amante de su marido besándose con el asesino a sueldo al que había contratado para matarla.
La mujer montó en cólera y denunció al ineficiente ejecutor por haberle "robado" 1.000 dólares. Incluso proporcionó datos a la policía sobre dónde podían encontrarle. Lo que María no tuvo en cuenta fue que contratar a un asesino a sueldo es ilegal, y que éste estuvo dispuesto a contarlo todo en cuanto los agentes le echaron el guante. El contratado fue Carlos Roberto de Jesús, un expresidiario, que aseguró a la Policía que María Nilza le pagó esos 1.000 dólares para matar la mujer de la que sospechaba que mantenía relaciones con su marido. Él se justificó diciendo que aceptó el dinero "por necesidad", ya que estaba desempleado.
Sin embargo, según Carlos Roberto, en el día fijado para el homicidio —el pasado 24 de julio—, descubrió que la supuesta amante era una conocida suya, Erenildes Aguiar Araújo, conocida como "Lupita". Al verla, "no tuvo valor para seguir adelante", relata el noticiario brasileño "Universo Online". Así, Carlos Roberto, inspirado por los telefilmes de intriga, decidió fingir la muerte de su "víctima": la tumbó, le vendó la boca, la cubrió de ketchup, le puso un machete entre el brazo y el pecho, le sacó una fotografía y se la mandó a la demandante de sus servicios.
Pese a que el fotomontaje es digno del cine de serie B más casposo, engañó a la mujer. "Lupita" ha contado al diario "O Globo" que fue ella misma quien se rasgó la camiseta y se colocó el cuchillo para hacer más realista la imagen.
La falta de discreción de los enamorados —no se sabe en qué momento ni cómo la flecha de cupido reemplazó al machete ejecutor— precipitó la irreflexiva denuncia de la demandante. No obstante, el desenlace ha sido feliz: aunque la conducta de los tres puede ser considerada delictiva —la de Maria Nilza por ordenar un asesinato, la de Carlos Roberto por extorsión y la de "Lupita" por encubrimiento—, han quedado en libertad por no haberse consumado el crimen. En su lugar, parece haber brotado una bizarra historia de amor. En los ojos de su víctima, Carlos Roberto tuvo que ver algo más que miedo.